La Adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús la narra el Evangelio de San Mateo, y es una de las narraciones más bellas en la Santa Biblia. La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra.
Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de la navidad. Con conciencia siempre creciente de la misericordia del Señor, construyamos desde hoy nuestra espiritualidad personal y comunitaria en la tolerancia y la comprensión de los que son distintos en su conducta religiosa, o proceder de pueblos y culturas diferentes a los nuestros.
El Señor se reveló a los paganos en la persona de los Reyes Magos: (Melchor, Gaspar y Baltasar) que se postraron ante Jesús y lo adoran, con sus regalos hablan de lo que ellos encuentran en Él. El Oro se le ofrece sólo a los Reyes, por lo que reconocen en Jesús el Rey; el Incienso se le ofrece sólo a Dios, por lo que revelan que Jesús es Dios y la Mirra es un perfume que reconoce en Jesús Rey, Hijo de Dios y también un hombre. Es una bella historia que merece nuestra reflexión ...
martes, 6 de enero de 2009
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